Peter Pan de cumpleaños

Ayer, cuando llamé a Luciano, mi nieto, por su cumpleaños, me contó que se lo festejaban hoy, con torta, castillo inflable y un montón de amigos. Me dijo que el regalo principal, un perro, todavía no llegaba porque había que esperar que naciera, pero el quiere un ovejero y sé que lo va a tener y disfrutar. Me habló de Romi (la chica que lo cuida, según mi hijo) y que estaba haciendo un rompecabezas de casita (ladrillitos estilo Rasti) y me quedé pensando en que los chicos siempre te hablan de personas y cosas que ellos dan por seguro uno tiene que conocer. Es lógico, Luciano cumplió 4 añitos y vive como todo chico de esa edad en un mundo de magia y maravilla. Porque en definitiva ser niño es eso, creer en el amor, creer en creer, ser tan pequeños que los gnomos no tienen que ponerse en punta de pies para susurrarles en el oido. Es convertir calabazas en carrozas y ratones en caballos. Pequeñeces en grandezas y nada en todo. Porque cada niño tiene un hada madrina en su alma. No podemos evitar que sigan creciendo, solo nos queda esperar que a medida que se van haciendo adultos no olviden a su hada madrina, y sigan creyendo en la posibilidad de convertir la nada en todo. Te quiero mucho Luciano, FELIZ CUMPLE!!!!!